A veces nuestro oído no funciona como debiera. La pérdida auditiva puede afectar a un oído, o a ambos, y puede tener muchas causas diferentes.
Hay cuatro tipos principales de pérdida auditiva y, por lo general, cada uno se puede tratar.
Hipoacusia conductiva
Cuando el oído externo o medio no puede conducir el sonido debidamente, se denomina hipoacusia conductiva.
¿Le parece que pueda ser su caso?
Vea estos ejemplos, que se basan en experiencias reales y conozca más detalles sobre su proceso a una mejor audición.
Hipoacusia neurosensorial
Cuando faltan células ciliadas en la cóclea o estas están dañadas, se denomina hipoacusia neurosensorial. Esta puede tener una causa genética, o puede ser resultado de un traumatismo craneal, de la exposición a ruidos fuertes o de otro tipo de ruidos en el ambiente. La hipoacusia neurosensorial es también una parte común del proceso de envejecimiento.
¿Le parece que pueda ser su caso?
Las siguientes historias son ficticias, pero se basan en experiencias de la vida real. Écheles un vistazo y conozca más detalles sobre su proceso a una mejor audición.
Hipoacusia mixta
La hipoacusia mixta es la combinación de la hipoacusia neurosensorial y de la conductiva. Es el resultado de problemas existentes tanto en el oído interno como en el externo o medio.
¿Le parece que pueda ser su caso?
Vea estos ejemplos que se basan en experiencias reales y conozca más detalles sobre su proceso a una mejor audición.
Hipoacusia retrococlear
Cuando falta el nervio auditivo o este está dañado, se denomina hipoacusia retrococlear. Los audífonos y los implantes cocleares no son de ayuda, ya que el nervio auditivo no es capaz de enviar información sonora al cerebro.
No obstante, en muchos casos, un implante de tronco cerebral (ABI) puede ser una opción.